viernes, 18 de mayo de 2012

A VUELTAS CON LOS EXÁMENES COMO FORMA DE EVALUAR..

Fernando García Gutierrez,en el texto propiamente publicado por él, habla sobre una especie de recaída sobre los exámenes, y afirma que es totalmente contradictorio la evaluación continua y los exámenes.
Asegura de que él no realiza exámenes desde hace ya 15 años y recalca que lo más parecido a exámenes que él realiza son una serie de actividades o pruebas que se las pasa a los alumnos y la realizan y corrigen ellos mismos en clase, y creo que es lo más justo, puesto que como él bien dice, no hay mejor manera de "evaluarse" que ellos mismos, por así decirlo. Que un alumno realice una seria de actividades o pruebas en clase y ellos mismos sean quienes se pongan una nota acorde a lo realizado, es la mejor manera posible de saber si están adquiriendo conocimientos, si van un poco por detrás del nivel que deberían llevar, etc.
De esta manera, y como bien dice Fernando, ellos mismos sabrán si deben de esforzarse más, si deben de seguir en la misma línea o si están trabajando de una manera espectacular.
Todos estos aspectos son muy importantes a la hora de enfrentarte a un grupo de alumnos que seguramente crean que se exponen al método tradicional de los exámenes al final de cada temario y su nota correspondiente, y no es así.
Como bien dice Fernando, eso de colocar o adjudicarle un 4,73 a un alumno, es un poco ordinario, un poco no, demasiado creería yo, una burrada por así decirlo eso de evaluar solo la memoria del niño.
¿ Y si a la hora de enfrentarse a un examen del cual dependerá el pasar de curso o no, el niño o niña no tiene un buen día por los motivos que sean y le sale mal el examen y suspende? ¿Está claro no? Ese niño o niña deberá repetir curso. Pues no, si todos hacemos lo mismo, ese niño repetiría curso y no estaríamos haciendo lo correcto. Lo correcto sería que durante todo el curso, el niño vaya enfrentándose a diferentes tipos de pruebas, corregirse el mismo sus propias actividades, pruebas o como queráis llamarlo, intentar explicar a sus propios compañeros lo que realice, etc. De esta forma, el mismo niño sabría si ha merecido la pena todo lo que ha llevado a cabo durante el curso y si está en condiciones de enfrentarse a otra prueba mayor como sería un curso más, todo esto con la visión del profesor, que durante todo el año está encima de sus alumnos ayudándolos en todo lo que ellos pidan, de esta forma si sería correcto hacer las cosas, y no como yo o la mayoría de los niños, lo he vivido o lo vivirán.

2 comentarios:

  1. Buena entrada, Alberto, Las reflexiones de Fernando García son muy acertadas, es un tipo majo. En twitter es @fergar9, por si te apetece seguirlo. Tendrás oportunidad de leerle cosas interesantes.
    En cuanto al contenido, está bien. Te señalo una frase:
    "ellos mismos sean quienes se pongan una nota acorde a lo realizado, es la mejor manera posible de saber si están adquiriendo conocimientos"
    Bueno, verás, el fin de la evaluación, y el de la autoevaluación no es la nota, sino todo lo que dices después en el texto: que el estudiante tome conciencia de lo que sabe, de lo que necesita aprender, etc. La nota es lo de menos, y es un aspecto del asunto que solamente tiene connotaciones burocráticas y administrativas.
    Muy bien, Alberto, muy bien. Estoy muy satisfecho con tu trabajo.

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  2. Muchas gracias, si tienes razón lo que dices, un saludo y gracias. :)

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